viernes, 19 de junio de 2009

TENER BUEN HUMOR

Que bonito aquellas conversaciones mezcladas con un poco de humor, con un poco de guasa o de broma. Te levantan el ánimo y la moral y hasta te sientes más feliz.
Días pasados he ido a consulta con mi señora al médico, al endocrino, ya se sabe por esos kilos de más, aunque dicen que los gordos son más felices, pero yo prefiero quitarme un poco de felicidad.
Bueno, pues entramos en su consulta, muy educado el hombre extendió su mano y se presentó, invitándonos a tomar asiento. Ya nada más ése apretón de manos y ésa sonrisa, me hizo sentirme como en mi propia casa, hubo un intercambio de energía que lo noté al momento. Los tres estábamos ansiosos por darnos a conocer, contando parte de nuestras vidas e intercambiando opiniones, todo esto dejando salir un poco de humor de vez en cuando; hasta se atrevió a gastarnos algunas bromas que encajaban perfectamente y que te daba pie para seguirlas, cosa que a mi me encanta. Cuando me invitó a subir a la báscula para pesarme, yo descolgué mi riñonera para dejarla en el asiento y así quitarle peso al cuerpo, y él me repitió por varias veces: no, no, la cartera déjela usted encima de mi mesa, camuflando la broma con seriedad, y yo le contesté: pues no se crea usted que vengo bien abrigado; ¡como para llevar la cartera llena de billetes con los tiempos de crisis que corren!.
Después de pesarme me hizo pasar por el otro lado de la báscula para tallarme: levante usted el mentón como en la mili, no se preocupe usted ya tengo experiencia; uno setenta y cuatro, yo pensé otra broma, cuando joven media uno setenta y dos, ¿como ahora voy a medir más?,no,no vuelta usted y después de tallarme de nuevo: uno setenta y cuatro, pues entonces habré crecido, con cincuenta y seis años que tengo. La verdad es que entre broma y seriedad, me quedé con las ganas de saber cuanto media, aunque en realidad para mí poca importancia tenía, yo vi como apuntó la estatura correcta.
Entre otras cosas, le pregunté: ¿como tiene usted aquí esos aparatos siendo endocrino?, a lo que me contestó: es que aquí pasan consulta otros compañeros mios. Se trababa de una máquina de lentes para ver el fondo de ojos de los años cuarenta por lo menos y de una máquina de escribir oliwety, entre otras muchas antigüedades. Lo cierto es que las habían arrinconado alli por haber quedado en desuso, dada su antigúedad.
Y así pasamos aproximadamente media hora de consulta pasándolo bien mientras hacía su trabajo, y al despedirnos, de nuevo el apretón de manos, cuando observo su barriga compruebo que está delgado como una tabla, a lo que le digo: se nota que es usted endocrino, y el añadió: ¡ah ya, lo dice usted por mi estatura!.
Resultado que salimos los dos contentos y felices por el trabajo realizado con tan buen humor por éste hombre, si todos los médicos actuaran así en su día a día, estoy seguro de que los enfermos mejorarían bastante con el solo hecho de pasar consulta.

jueves, 18 de junio de 2009

COMPETITIVIDAD

El hombre siempre está luchando por ser el primero, destacar en todo, batir los recodrs, ser famoso, etc.
Desde pequeño en la escuela ya nos están poniendo un tope y con cada curso que superamos, al próximo año un poco más, pero claro todo esto desde la competencia, tienes que dar las revoluciones y no quedarte atrás. Se selecciona desde el primero hasta el último de la clase según la clasificación obtenida. Hoy en día se utiliza el método de sobresaliente, notable, aprobado, no acto, y no se si alguna cosa más, pero imagínate que te dan la clasificación de "no acto", pero, ¿es que no sirvo para nada? y nos cuesta mucho asimilarlo.
Vamos a tropezones día a día y siempre chocando con las mismas piedras. Yo recuerdo cuando tenía veinticuatro años, sacando el carnet de conducir que mi monitor al cabo de un mes dando las clases practicas, quería presentarme a examen, pues era lo normal en los alumnos, yo le dije que prefería practicar otro mes más, pues bien, terminando el segundo mes y en plena avenida con toda la circulación de vehículos, quería que fuera más de prisa y yo que no tenía ojos para atender la izquierda, la derecha, al frente y hasta los espejos retrovisores, le contesté que necesitaba más tiempo; me hizo ponerme a la derecha y detener el vehículo de inmediato para decirme: vas demasiado pendiente a la circulación, le vas dando paso a todo el mundo y tu no avanzas, cuando deberías ir el primero. Lo que para aquél hombre fue echarme una bronca, para mi fue un alago a mis virtudes como buen conductor, yo sabia que debía controlar la situación y estar muy seguro de poder detener el vehículo ante un imprevisto. Y yo me pregunto: ¿porqué ésta manía de tener que ser el primero?, tenía que echar media hora conduciendo, mi preocupación era hacerlo bien y no correr sorteando a los demás como en una carrera. Para llegar el primero solo había que quitar de la circulación todos aquellos vehículos que me estorbaban y así por muy despacio que yo fuera, siempre sería el primero.
Cada persona es un mundo distinto en un grado de evolución, no podemos pretender ir todos por el mismo sendero y a la misma par. Puede que una persona tarde cinco minutos en aprenderse una lección y que otra tarde media hora, y enseguida se nos viene a la mente, uno es más listo que el otro, es más inteligente el primero, el segundo es más torpe, sin darnos cuenta, hemos vuelto a tropezar: el inteligente y el torpe, lo lo que es lo mismo competencia. A mi modo de ver todos tenemos la misma inteligencia, solo que en diferentes grados de evolución, pienso que nuestro creador nos da a todos las mismas oportunidades, nuestro saber interior es igual para todas las personas, unos extraen más cantidad, otros menos.
Tengo amigos que cuando ven mis obras de modelado con el barro me dicen: yo sería incapaz de hacer esto, no tendría paciencia, y a mi se me cae el alma, no tengo respuesta inmediata, por fin les contesto que estoy dispuesto a enseñarles que vengan cuando quieran, y me insisten con la negativa: no tengo paciencia. Yo preferiría que me dijeran: me gusta pero no me interesa, estoy evolucionando en otra dirección.
Yo tuve un maestro que bastaba con que le dieras un apretón con tus manos al barro para que te dijera: fíjese, como ha modificado usted el barro dejando su huella, depositando su energía, alterando las formas, y yo pensaba: Dios mio si ahora que estoy empezando, ya hago estas maravillas, ¿que no llegaré a hacer?.
Diez años más tarde después de mucho practicar consigo hacer un busto más o menos perfecto, pero sigo practicando y perfeccionándome sabiendo que no he hecho nada más que empezar. Es una evolución continua que no debemos desperdiciar.
Cuando jóvenes necesitamos un trabajo para ganar dinero y vivir mejor, ése es nuestro objetivo, sin tener en cuenta si ese trabajo está acorde con nuestras cualidades y con nuestro gusto, lo importante es cuanto más dinero gane mejor voy a vivir. Con los años vemos que nos falta felicidad, que no nos gusta el trabajo y que podíamos estar haciendo otra cosa en la que fuéramos felices y ganáramos el sustento. Se puede caer en depresión y hasta se puede caer en la bebida, todo porque no nos conocemos, porque no hemos sabido encajar en nuestro camino en el sitio adecuado. Yo invitaría a que hiciésemos un alto en el camino, buscar un sitio tramquilo alejado de los ruidos y en plena naturaleza, y conectar con ése yo interior, llévese el tiempo que se lleve, una hora, diez horas o tres días; buscar hasta encontrarnos, y cuando llegue ése momento, no nos de vergüenza de mirarnos a la cara. Veremos como hemos perdido el tiempo sin haber evolucionado, saldremos reforzados y viendo la vida de otra manera, y estaremos dispuestos a emprender nuevos caminos acorde con nuestra personalidad y con nuestra existencia.

martes, 16 de junio de 2009

CUANDO HABLAN LOS ANIMALES.

Había muchos humanos que me increpaban continuamente, me gritaban dándome voces, me pegaban patadas y recibía insultos de toda clase. Consiguieron enfadarme e irritarme y me hirieron en mi orgullo, aquí no tengo a mis compañeros ni a mis hembras a las que defender, me han sacado de la dehesa donde pastaba y transportado en un cajón donde apenas podía moverme, ni siquiera descansar mi cuerpo en el suelo durante el viaje. Por eso es, que me veo obligado a defenderme emprendiéndola a cornadas a diestro y siniestro. Me jalean enfrente insultándome de nuevo, arremeto contra ellos y cuando les estoy alcanzando me encuentro con unos tubos alargados y redondos que nacen del suelo como el tronco de un árbol, distantes entre sí, por donde se meten y me siguen jaleando al otro lado. Yo estoy ciego en mi cólera sin entender el comportamiento de los humanos, me tiran del rabo y recibo patadas, me revuelvo contra ellos pero se quitan de en medio y no consigo alcanzarlos, así una y otra vez y yo sin saber para que me han traído a éste sitio donde no piso la tierra. Todo el suelo está plano cubierto de piedras lisas donde me resbalo constantemente. Tengo que salir de aquí como sea y corneo con toda mi fuerza a esos tubos pero no consigo derribarlos, en la dehesa cuando hacía esto con alguno de mis rivales, al menos tenía un motivo, porque defendía mi territorio, o a la manada, pero, aquí no consigo derribar a nadie. Estoy viendo sangre encharcada en el suelo y cuando la olfateo compruebo que es mía, pero ni por eso ésta gente se conmueve, ni me dejan tranquilo, parece que se enfurecen más y más, me siento fatigado y tengo dolores por todo mi cuerpo, voy a sacrificar mi vida para defender mi honor, y mientras mi corazón esté latiendo seguiré luchando con estos seres de dos patas, los que se han puesto todos contra mí. No entiendo porque lo hacen aunque parece que se divierten con esto, yo pensaba que el hombre solo se dedicaba a traerme el pienso y a procurar que mi territorio estuviera cubierto de verdes prados, pero ahora me doy cuenta que son mis enemigos, porque me han arrebatado todo cuanto tenía para humillarme de ésta manera y sin razón.
Y como toro he contado ésta parte incomprensible de mi vida, pero como humano que soy el que está escribiendo, no se que voy a decir., ¿Que estuve en Paterna viendo los toros?. Para ver los toros, debería irme al campo a verlos pastar, a ver como pare una vaca y como lame al becerro para quitar su placenta, eso si es digno de ver y de contar.
El hombre olvida de donde viene y a donde va, consume su tiempo divirtiéndose con un animal, como si nosotros no fuéramos también animales, bebiendo alcohol y dándose a toda clase de vicios. ¿Para qué estamos aquí entonces?. ¿Quién vendrá a salvarnos?, cuando somos nosotros los encargados de velar por nuestro entorno viviendo en armonía con todos los animales y con todo cuanto nos rodea. Nadie dudaría de que somos los seres mas inteligente del planeta, dotado de alma, que piensa y que cree que tiene potestad sobre toda la tierra, pues deberíamos demostrarlo. Imaginémonos metido en el cuerpecito de esas hormigas que a diario pisamos por donde caminamos, seguro que cambiaríamos de idea viendo como esos humanos nos aplastan sin tenernos en cuenta.
He leído no se en que parte de la Biblia, que Jesús "El Maestro" decía: En la casa de mi Padre hay muchas moradas, y yo me pregunto: ¿no serán estas miserables hormigas parte de esas moradas? o, ¿tantos otros animales cómo habitan el planeta?.¿Porqué no pueden ser ellos los dueños y herederos de ésta tierra?.
Quién quiera que sea quién mueva los hilos de todo esto, algún día puede cansarse de ver como los humanos hemos transgredido las leyes y abandonado el cuidado de nuestro entorno y dará el poder a otro ser incluso mucho más pequeño, por ejemplo las abejas que son muy disciplinadas.