jueves, 19 de febrero de 2009

¿Que se siente modelando el barro?

En éste encuentro conmigo mismo, descubro que tengo cualidades que ni siquiera podía imaginarme. Siento que soy creador y que manejo los cuatro elementos principales: tierra, agua, fuego y aire.
Cuando comencé hace siete u ocho años, las pequeñas esculturas que hacía, me parecía que allí estaba todo mi arte y toda mi sabiduría y me sentía feliz. Ahora con el paso del tiempo, veo una gran diferencia, he crecido bastante pero aún me queda mucho por aprender. Me siento pleno y satisfecho cuando termino una obra , a la par que veo aquellas partes que pueden ser modificadas para hacerla más perfecta, como si eso correspondiera a la próxima etapa.
Cuando conectas creando tu propio arte, te sientes vibrar con la arcilla, es como si tu fueras el camino que recorre la luz para materializarse en el barro, entonces no soy yo, soy aquello que mis manos están plasmando, mi cuerpo no lo siento, mi cuerpo parece flotar y no quiero que éste momento termine nunca, quisiera atraparlo pero no puedo, viene y se va. ¿Qué misterio es éste?.¿De dónde viene ésta energía que nunca se agota y qué mientras más la usas más hay?., es como un pozo sin fondo de donde sacas los conocimientos necesarios en ése instante sin saber cómo, y te sientes feliz, y cuando miras hacia atrás, ves tu obra, y dices: ¡Dios mio!. ¿Como he podido hacer ésto?.
Voy a contar mi última experiencia: me dispongo para hacer el busto de Juan Pablo II con una altura de aproximadamente 40 centímetros, algo más pequeño de la estatura normal. Preparo una buena foto de 60 por 40 centímetros para ver bien los detalles y un barro de baja temperatura con chamota, (la chamota es como una arenilla que se le añade al barro y que favorece una buena cocción).
Empiezo a levantar la escultura y con una facilidad pasmosa, en menos de dos horas consigo hacer su rostro con una similitud exacta,, solo queda unos detallitos en el pelo y en las orejas, que por estar el barro demasiado fresco es preferible dejarlo para el próximo día, yo emocionado contemplo la obra sin salir del asombro. La cubro con una bolsa de plástico como es habitual y así queda para el día siguiente. Cuando vuelvo por la mañana y saco la bolsa con mucho cuidado, atónico, descubro que toda la pieza se ha derrumbado, no ha quedado nada en pie, los trozos más grandes no sobrepasan los cuatro centímetros. Es curioso, es la segunda vez que me pasa en toda mi experiencia profesional y no encuentro explicación posible a lo ocurrido.
Así es que sin perder la fe, porque todo esto lo considero parte del aprendizaje, recojo todo el barro y después de amasarlo muy bien, me dispongo para hacer el busto de nuevo.
Con una ilusión tremenda comienzo la obra creyendo que ahora me iba a resultar todavía más fácil, pero poco a poco voy cayendo en la desilución, llevo tres días y no consigo ni siquiera un buen parecido, me pregunto: ¿qué pasa ahora, porqué no consigo conectar con ésta energía?. Estuve a punto de destruirla y comenzar de nuevo, pero en los días sucesivos y con una paciencia muy constante voy repasando línea por línea, unas que rectifico, otras que modelo de nuevo, y ahora si me va apareciendo un Juan Pablo II. De nuevo comienzo a regocijarme y a sentirme en ésa nube.
A la semana lo doy por terminado poniendo mi sello y firma como de costumbre. Ahora es cuando yo contemplo mi obra repasando cada una de sus curvas y observando donde todavía se podía haber hecho más. Así en éste saborear de boca te pueden pasar las horas en comunicación con tu creación, pero en su mirada y en la expresión de la boca observo que algo me dice: ¿ves cómo podías llegar hasta aquí?, solo era cuestión de paciencia. Ahora caigo en la cuenta, alguien me ha tendido la mano y me ha subido a lo alto para que pueda ver dónde puedo llegar, esto corresponde con el primer busto que hago en tan poco tiempo y casi perfecto, pero ahora ése busto se derrumba, ese alguien me ha puesto los pies en el suelo y me ha dicho: tú también puedes subir solo a lo alto, te costara pero puedes hacerlo, ten paciencia

2 comentarios:

  1. Paco, supongo que esto que defines es el proceso que todo artista pasa con sus obras. Me gusta que no te dejas amilanar por los pequeños fracasos e insistes hasta la culminación. Y claro, el resultado solo puede ser una escultura como la que muestras en la foto, digna de exponerse.

    José María

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  2. ya me gustaria a mí poder hacer algo así, pero soy una patosa para estas tareas, me gusta mucho el busto, felicidades, Pilar

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