sábado, 4 de abril de 2009

MEMORIA

En la experiencia de mi vida he observado estos dos modelos de personas: el primero es aquella que todo lo deja por medio, si ha estado trabajando con ciertas herramientas, probablemente se le quede alguna en ése sitio, si coge un objeto cuando termine de usarlo, lo dejará fuera de sitio o en una posición no muy correcta, si guarda un documento lo guardará en un cajón, pero cuando guarde otro de idénticas características lo hará encima del televisor y nunca tiene un orden para recoger y mantener su entorno.
El segundo modelo es lo contrario, cada herramienta que utiliza la vuelve a depositar en su correspondiente estiba, si hace uso de algún objeto, también lo colocará en su forma correcta e incluso en la misma posición, y no digamos de los documentos, guardará cada uno en su correspondiente archivo..
Y ahora viene mi observación, el primero de los dos casos tiene mucha más memoria que el segundo, porque cada vez que utiliza una cosa la deja en su sitio diferente, como consecuencia cuando tiene que volver a utilizarla tiene que usar de su memoria para dar con ella y saber donde la dejó la última vez. Mientras que el segundo habiendo utilizado un objeto o herramienta la dejará en su estiba correspondiente para cuando vaya a utilizarla de nuevo dar con ella fácilmente y no tener que recordar donde hubiera podido dejarla. Ésta persona terminará perdiendo memoria puesto que al ser tan metódico y teniéndolo todo tan bien archivado no hará mucho uso de ella. Yo diría que hay que dejar de vez en cuando un objeto fuera de lugar intencionadamente para luego emplear nuestra memoria en su búsqueda.
En las personas mayores hay una gran ausencia de memoria, sobre todo en los acontecimientos más frecuentes, sin embargo, sí se guarda bastante información de tiempos lejanos cuando se era joven. En éste mundo donde vamos de la mano con la nueva tecnología de los ordenadores nos cuesta bastante adaptarnos, y no es porque no sepamos aprender a manejarlos, sino porque al día siguiente se habrá olvidado lo aprendido hoy. Y otro tanto con los teléfonos móviles llegando a tal extremo que solo se utilizan para recibir llamadas con solo levantar la tapa o pulsar una tecla.
Yo conocí a una persona que tenía tan mala memoria, que apuntaba todo en una libretita, pero tenía otro problema añadido: que olvidaba donde guardaba la libreta, después de registrarse todos los bolsillos volvía por el camino andado, hasta llegar a su taquilla, donde probablemente olvidaría a que había venido.
Estoy comiendo y no recuedo si me he lavado las manos, me las miro y me las veo limpias. Como hace tan poco tiempo, voy a analizar que ha pasado. El lavabo está mojado y la pastilla de jabón también, por lo que deduzco que si me las he lavado. Empiezo a escudriñar en mi mente y veo que mi atención se ha posado en ésa carta que me ha llegado del ayuntamiento para pagar el impuesto de circulación, ¡cuidado que no se me vaya a olvidar! ¿Como he podido lavarme las manos mientras que pensaba en otra cosa?. Lo que sí es cierto que debido al impacto de éste recuerdo he olvidado lo que hacía, o sea, que se recuerda lo que va pensando la mente y no lo que se está haciendo. Yo mismo para que no se me olvidara la carta, he borrado lo de lavarme las manos, puesto que no tiene importancia ya que estaba terminando de hacerlo. Pero ahondando más en la cuestión, ahora si recuerdo que abrí el grifo y que cogí la pastilla de jabón, y a continuación cuando me lavaba me viene a la mente como una ráfaga de energía que inunda mi mente: la "carta". Es como el águila que al posarse en el árbol espanta a los demás pajarillos de sus ramas.
Solo me quedo en la mente lo importante y he desechado todo lo que no me interesa, lo rutinario, lo indeseado, etc. Es como el ordenador, lo que no te sirve lo tiras a la papelera, y aún así puedes recuperarlo. Por lo que comprendo que no hay tal pérdida de memoria, solo que con la madurez hemos aprendido a usarla de otra manera, clasificando aquello que nos es de más utilidad. Por ejemplo, ¿por qué olvidé que te llamas José y ahora te llamo quiyo?.Porque con el quiyo llamo a mucha gente sin tenerme que preocupar de cual es su nombre. Yo mismo, mi mente en su pereza ha elegido ésta forma que es más corta y no tengo que andar buscando el nombre de cada uno. La mente está cansada pero como es sabia ha elegido el camino más corto.

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