sábado, 4 de abril de 2009

TENGO UNA AVERIA EN EL ORDENADOR

Enciendo el aparato y una vez que se ha despejado la pantalla del antivirus, ¡que ya hay que esperar un poquito!, al intentar meterme en Internet me salen unas líneas en las que se puede ver que no hay tal conexión, poca o nula.
Empiezo a teclear, que si desenchufa de la red, que si de la clavija del teléfono, que si del botoncito negro del router, que si esto pasa cuando se va la luz, (que por cierto se te puede ir tres o cuatro veces a la emana, y que no llueva porque entonces es casi de continuo); total que no hay manera de conectarse con Internet.
Pues manos a la obra, mi señora que está más capacitada que yo en esto del teléfono, decide llamar a telefónica, a avería, puesto que el router todavía se encuentra en garantía. Y ahora viene la encrucijada: primero ha habido que llamar con un novecientos dos que nos está costando el dinero, mi señora un poco nerviosa, creo que será por una nota que estoy viendo encima de la mesa, un correo electrónico, donde tiene que meterse para ver la semana santa de Sevilla, puesto que aquí en Chiclana por televisión no se puede ver, y a todo esto hoy es jueves y la semana que viene "semana santa".
Seguimos con la operador de telefónica que no siempre que se llama es la misma, pues habrá como unas docientas mil en toda España, y yo creo que hasta en el extranjero, porque salen ablando con acento peruano y hasta de Marruecos, así es que si a la anterior le contastes el problema, ahora que llamas de nuevo, prepárate para contarle otra vez la película. La señorita con muy buenas palabras, y eso sí, muy educada procede a decirte por teléfono los pasos que debes de dar para solucionar el problema, puesto que mandar un técnico con esto de la crisis y con tanto parado me parece cosa difícil. Así es, que teclee usted aquí, teclee usted allí, salen datos en la pantalla y unos cuadraditos que hay que rellenar con dígitos, como nueve o diez aproximadamente, ella te dice,tu repites y tecleas el número. Unos seis cuadraditos, ah, y otros tres más abajo. Después de hacer todo esto y otras muchas cosas más que no voy a entrar en detalle, le dice a mi señora que desenchufe de la red, que cambie la clavija de telefónica de puerto, que invierta los terminales, que apague, que vuelva a encender, y lo más curioso un agujerito que tiene el router por detrás, que yo ni siquiera me había dado cuenta, pués, había que meterle un alambrito y apretarle durante diez segundos aproximadamente. Hubo que agenciarse un clic, que por cierto como siempre y con los nervios pues no aparecía.
Realizadas todas estas operaciones y otras muchas más, aquello seguía sin funcionar, a todo esto más de media hora engrosando la factura del teléfono.
La señorita que no se da por vencida empieza ésta vez con los mismos pasos pero cambiando el orden, y otra vez a darle por el culo al router por el agujerito. Esta vez yo ya me había preparado un buen alambre en forma de barrena, porque me olía que aquello se iba a repetir más veces. Empecé metiéndole "gita" por el agujerito, diez segundos no, mucho más, hasta quedar con el alambre grabado en mis manos, pero
aquello seguía sin funcionar.
Se habían repetido los mismos pasos como tres o cuatro veces, total algo más de una hora hablando por teléfono, y mi señora con la oreja colora como un tomate de apretarse el auricular. Bueno pues mire, esto es del router que hay que cambiarlo, así es que llame usted a éste número de teléfono. Por fin desde tanta distancia, quien sabe se desde Perú, ésta educada señorita había dado con la avería, eso sí, el número otra vez el novecientos dos, que hay que pagar.
Otra vez mi señora muy ilusionada, conecta ésta vez con un joven muy educado que como no sabe de que va la película, pues hay que explicarle de nuevo el tinglado, y claro todo esto te lleva un tiempo. Cuando se da por enterado, comienza a dar instrucciones, que son las mismas que dio la operadora anterior, mi señora por más que quiere interrumpirle diciéndole que todo esto ya se ha hecho no consigue convencerle, y el joven repite, enchufa, desenchufa, el agujerito del router, etc, etc,
Yo ya era un manojo de nervios y mi señora me hacía señas con la mano que aguantara. Total para que vamos a dar más explicaciones, dos horas y media enganchado al teléfono, menos mal que la comida y estaba hecha y eran las dos de la tarde, cuando a éste apuesto joven se le ocurre que efectivamente es del router, menos mal, porque yo ya estaba pensando en darme de baja en telefónica, del ordenador y de toda ésta tecnología barata.
Conclusión, nos toma los datos de la dirección y que ya nos mandará por correo el dichoso aparatito, mucho me temo, que lo tendré que colocar yo, y una vez colocado habrá que llamar de nuevo a telefónica y otras dos horas para configurarlo y demás.
Mientras tanto, me han clavado una buena factura, se han ahorrado el técnico y se han cachondeado de nosotros, eso sí, le hemos dado las gracias por el servicio. Y ahora yo pregunto: ¿también a los demás le pasa lo mismo?, o es que nos han tomado por tontos.
No quiero ni imaginarme a una persona de edad avanzada que le pase esto, porque lo marearían de tal manera que terminaría aburrido e impotente sen poder luchar contra éstas injusticias.
Y claro después de todo esto tienes dos opciones; o coger un cabreo de espanto, que no es nada bueno para la salud, o tomártelo a cachondeo, que te sienta muy bien y te ríes y además lo escribo como anécdota descargando mi rabia en el papel.
Pero aquí no termina todo, serían las cuatro de la tarde, por supuesto yo durmiendo mi siesta y nos llaman al teléfono, otra vez telefónica: Le llamaba por lo de ésta mañana, para ver si había quedado satisfecha con el servicio, por favor puntúe del uno al diez según su parecer. Encima recochineo, pero claro hay que darle buena nota no sea cosa que en represalia no nos manden el router.

1 comentario:

  1. Bueno Paco, este calvario lo hemos pasado todos. Te diré que yo le puse un cero al servicio y entonces te llaman preocupados para ver como pueden cambiar esa imagen. Ya te contaré en persona las peripecias, pero al final, felizmente se arregla todo, solo se necesita paciencia y buen humor como el que tú has hecho gala. Aunque comprendo que el rato que pasas es antológico.
    Por si te sirve de consuelo "Mal de muchos...!

    José María

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